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LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA (ERC)

¿QUÉ SON LOS RIÑONES?

Los riñones son órganos con forma de alubia que se ocupan de filtrar y limpiar la sangre. Tienen el tamaño de un puño y se encuentran en la parte posterior de nuestro cuerpo, justo por encima de la cintura.

¿CÓMO FUNCIONAN?

Los riñones tienen diferentes funciones:

FILTRAR Y LIMPIAR LA SANGRE

  1. La sangre entra a los riñones por las arterias renales.

  2. Dentro de los riñones las nefronas limpian la sangre.

  3. La sangre limpia vuelve por las venas renales al torrente.

  • Los riñones mantienen el equilibrio de las diferentes sustancias,  como el sodio o el potasio, que hay en la sangre.

  • Regulan el calcio y el fósforo, esenciales para nuestros huesos.

  • Ahorran o eliminan bicarbonato para mantener el ph de la sangre (grado de acidosis).

MANTENER EL EQUILIBRIO

ELIMINAR EL EXCESO DE LÍQUIDO Y LAS TOXINAS (producir orina)

  • La producción de orina se realiza en los riñones y, tras pasar por los uréteres, se almacena en la vejiga. Cuando está llena, la orina sale por la uretra.

  • Los productos a eliminar son restos no útiles de las proteínas de los alimentos y que se han utilizado para la renovación de músculos, sangre, huesos, etc. (Los más solicitados en análisis son: urea, creatinina, ácido úrico, calcio y fósforo).

  • Muchos medicamentos son eliminados por los riñones. Cuando se reduce la función del riñón, esos medicamentos no podrán ser eliminados del organismo adecuadamente.

CONTROLAR LA PRESIÓN ARTERIAL

Regula la tensión arterial mediante la eliminación de sodio (sal) y agua.

¿QUÉ ES LA ERC?

Las enfermedades del riñón o nefropatías tienen una evolución variable:

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  • Unas veces afecta bruscamente a la función de los riñones y otras muy poco a poco.

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  • En ocasiones no tienen curación y en otras se consigue parar la enfermedad y se recupera parte o prácticamente toda la función.

 

 

Cuando la enfermedad renal sea imparable o la lesión sea muy importante, la parte que quede en funcionamiento irá disminuyendo y su trabajo de limpieza será insuficiente. La enfermedad renal crónica (ERC) es un estado caracterizado por una disminución significativa y progresiva de la función de los riñones.

 

El principal marcador de daño renal es una excreción urinaria de albúmina o proteínas elevada. Dentro de la ERC se encuentran diversos estadios que estratifican el nivel de progresión de la enfermedad.

 

En la Tabla 1.1 se expone la clasificación de los estadios de la ERC según las guías K/DOQI para la práctica clínica de la National Kidney Foundation (2002).

 

 

 

 

 

 

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A partir del estadio 3 se le denomina Insuficiencia Renal Crónica (IRC).

Estadios 4 y 5: Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA).

 

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Debido a la falta de función de los riñones se irán acumulando en el cuerpo sustancias no eliminadas en la orina. Esta situación puede descubrirse porque se sufran algunos síntomas o porque se observen datos anormales en los análisis y exploraciones ya que, a veces, es difícil darse cuenta de que se tienen los riñones enfermos.

 

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                Esta enfermedad puede no producir dolor ni malestar, y en muchos casos no se tendrá sensación de enfermedad, incluso                            aunque se haya perdido gran parte de la función renal. Sin embargo, la labor de seguimiento en las consultas de nefrología                        puede retrasar mucho la progresión de la enfermedad, llegando a frenarla en algunos procesos si se actúa al principio.

 

Es muy importante que la persona que padece estos problemas los conozca y colabore con los profesionales encargados de su cuidado.

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Podemos diferenciar entre la Insuficiencia Renal Aguda y la Crónica. En la Aguda, los riñones dejan de trabajar repentinamente debido a diversas causas (accidentes, intoxicación…) y generalmente puede curarse. En la Crónica, los riñones van dejando de funcionar paulatinamente como consecuencia de una enfermedad y no se puede curar, evolucionando a una Insuficiencia Renal Permanente, llamada con frecuencia también Terminal (IRT). Pero la palabra terminal solo hace referencia a que el riñón funciona tan poco que necesita diálisis, y no debemos entender por terminal que el paciente lo sea.

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¿CÓMO SE MIDE EL FUNCIONAMIENTO?

Los niveles en sangre de urea y creatinina nos dan una idea de la importancia del fallo renal.

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a)     ¿Qué es el filtrado o aclaramiento renal?

Aunque los valores en sangre dan una idea de la situación, lo más exacto para medir el grado de función renal es comparar lo que se elimina realmente frente a lo que se tendría que eliminar. Para ello se recoge la orina de 24 horas y se mide la creatinina eliminada en esa cantidad de líquido. La creatinina se mide también en la sangre y con las dos medidas se calcula el nivel de filtrado o aclaramiento renal.

 

b)    ¿Qué otros valores se miden habitualmente?

Los niveles de potasio, bicarbonato, calcio, fósforo y glóbulos rojos son determinaciones habituales en los controles periódicos en la consulta de nefrología.

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TRATAMIENTOS

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A medida que evoluciona la Enfermedad Renal Crónica va disminuyendo la función de los riñones. La prueba que se utiliza con más frecuencia para medir la función renal se llama aclaramiento de creatinina o filtrado glomerular. Cuando esa función de los riñones está por debajo del 25-30% se llega a la situación conocida como etapa ERCA (nombre que proviene de Enfermedad Renal Crónica Avanzada) o etapa prediálisis. Generalmente, en esta etapa se intensifican los controles analíticos y las visitas de seguimiento.

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La progresión de la enfermedad renal crónica se ve influida por un gran número de factores; aspectos tales como  la alimentación, el estilo de vida y la medicación, entre otros, pueden hacer que la evolución sea más lenta.​

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1. Diálisis

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Los objetivos fundamentales de la diálisis son:

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  • Depurar las sustancias que están acumuladas en la sangre.

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  • Adquirir algunas sustancias que pueden estar bajas en la sangre.

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La diálisis, es el término médico utilizado para definir el proceso artificial de filtración de los productos de desecho y la eliminación del exceso de líquidos acumulados en el organismo.  En este proceso se pretende eliminar tanto las toxinas de la sangre (urea, creatinina, ácido úrico, fósforo, potasio, sodio, etc.) como el exceso de líquido que no se puede desechar por la orina, debido a que los riñones no funcionan correctamente.

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La diálisis es una técnica basada en unos principios físico-químicos.  Imaginemos por un lado la sangre con todo el acumulo de toxinas y por otro lado un  liquido limpio, que vamos a llamar líquido de diálisis, pues si colocamos entre ellos una membrana semipermeable (es decir que tiene pequeños poros) se va a producir el paso de toxinas de donde hay más cantidad a donde hay menos (en este caso pasarían de la sangre al líquido de diálisis), produciéndose por tanto la depuración de esas toxinas. Este paso de sustancias dependerá de varios factores, tales como de la cantidad de esas sustancias en ambos líquidos,  de las características de la membrana semipermeable (como su superficie, permeabilidad), del tiempo de contacto.

 

Hay dos tipos de diálisis:

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1.1 Diálisis Peritoneal

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Es una técnica domiciliaria que se realiza en el abdomen utilizando como filtro el peritoneo. 

Consiste en introducir un líquido de diálisis que atrae agua y toxinas desde la sangre para después expulsarlo.

Los intercambios de líquido se hacen durante el día o por la noche mientras se duerme, según la técnica.

 

Hay dos tipos de diálisis peritoneal:

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  • Diálisis peritoneal manual (CAPD): Durante el día se realizan 3-4 intercambios de líquido, dejando el último toda la noche en el abdomen. Generalmente cada recambio se realiza en 20-30 minutos.

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  • Diálisis peritoneal automática o con cicladora (DPA): Una maquina llamada cicladora realiza durante la noche los recambios del líquido peritoneal. Por lo general, el ultimo recambio quedara en el abdomen, hasta volver a conectarse de nuevo a la noche siguiente.

 

Para realizar cualquiera de estas técnicas el paciente recibe un entrenamiento personalizado y adaptado a sus necesidades

 

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1.2 Hemodiálisis

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Habitualmente es una técnica hospitalaria, donde el paciente se desplaza 3 días a la semana durante aproximadamente 4 horas a su centro de diálisis.

 

Consiste en pasar la sangre a través de un filtro externo artificial que realiza la función de limpieza y ajuste del volumen de agua y minerales necesarios.

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Para poder realizar el tratamiento es necesario disponer de un acceso al torrente sanguíneo de buen calibre (Acceso vascular). Este acceso se consigue mediante la unión, en el brazo, de una arteria y una vena (fistula arteriovenosa) o mediante la colocación de un pequeño tubo en la vena del cuello o de la pierna (catéter)

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La técnica también se puede hacer en el domicilio (hemodiálisis domiciliaria), para ello es necesario la instalación de una máquina de hemodiálisis en el domicilio. El tratamiento suele ser de 5 sesiones semanales de 3 horas de duración.

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2.Trasplante Renal

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Sin duda es la mejor opción de tratamiento de la insuficiencia renal, tanto por una mayor supervivencia, como por una mejor calidad de vida. El trasplante de riñón es un procedimiento quirúrgico que consiste en colocar un riñón sano en una persona cuyos riñones ya no funcionan. El riñón trasplantado se coloca en la parte lateral del abdomen dejando los riñones propios del receptor en su sitio.

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Los riñones que se trasplantan pueden proceder de un donante fallecido o de un donante vivo. Mientras la persona que lo necesita espera el órgano, generalmente de donante fallecido, más adecuado para él es incluido en una lista de espera y recibe tratamiento de diálisis.

 

Existe la posibilidad de recibir un órgano de un familiar o persona allegada, donación de vivo, en este caso la persona afectada no tendría que necesitar tratamiento de diálisis.

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El trasplante de riñón puede tratar la enfermedad renal crónica, pero no es una cura, la persona trasplantada tendrá que continuar tomando medicación inmunosupresora durante toda su vida para que el organismo no rechace al órgano trasplantado al reconocerlo como extraño.

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3.Tratamiento conservador

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La decisión final de optar o no al tratamiento de diálisis corresponde a la persona afectada o a sus tutores legales, tras disponer de la información completa y adaptada a sus circunstancias.

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Dependiendo de las circunstancias de la enfermedad renal y otras enfermedades muy limitantes del corazón, hígado, canceres mal controlados, deterioro general por edad muy avanzada, etc., el tratamiento de diálisis no consigue ninguno de sus objetivos y por el contrario añade sufrimiento y complicaciones. En estos casos, el tratamiento de diálisis no se contempla como una opción deseable y se habla de tratamiento conservador.

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En la opción de tratamiento conservador, la persona afectada continuara realizándose los controles habituales en la consulta, ajustándose el tratamiento según la evolución, para que en todo momento mantenga la situación clínica más confortable. Por otro lado, y en fases avanzadas, se dispondrá además de la colaboración de las Unidades de Cuidados Paliativos, de cara a un apoyo al enfermo y su familia en los momentos finales.

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LA ALIMENTACIÓN EN LA ERC

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La alimentación en la enfermedad renal debe ir dirigida a conseguir varios objetivos:

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  • Intentar que esta enfermedad avance lo más lenta posible.

 

  • Que las comidas que tomamos no aumenten mucho los niveles de algunos tóxicos en la sangre.

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  • Que mantengamos un estado nutricional adecuado.

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  • Y, en general, mantenernos en las mejores condiciones posibles.

 

NO LO OLVIDES: tu estado nutricional va a depender, fundamentalmente, de la alimentación que realices.

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Parámetros nutricionales

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Las Proteínas 

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Las proteínas son un nutriente necesario para la reparación y la formación de células y tejidos, así como para el adecuado funcionamiento del sistema de defensas.

 

Si no las tomáramos, nos faltarían y podríamos llegar a desnutrirnos.

 

Las proteínas de alto valor las encontramos principalmente en el pescado, la carne, la leche y el huevo.

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La cantidad de proteínas aconsejadas es diferente según la etapa de la enfermedad en la que te encuentres.

 

 

El Sodio

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El sodio (sal) es un mineral encontrado en casi todas las comidas.

 

El exceso de sodio le puede causar sed, cual puede conducir a la hinchazón y elevar la presión arterial. Esto puede causar más daño a tus riñones y hacer que tu corazón trabaje más duro.

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Una de las mejores maneras de mantenerse saludable es limitar el consumen de sodio. Para limitar el sodio en tu plan de alimentación:

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  • No agregues sal, trata de cocinar con hierbas frescas, jugo de limón o con especies sin sal.

 

  • Escoge verduras frescas o congeladas en vez de verduras en lata. Si usas verduras en lata, escurre y enjuágalas para remover la sal.

 

  • Evita las carnes procesadas como el jamón, tocino, salchichas o chorizos y carnes de almuerzo.

 

  • Come frutas y verduras frescas en lugar de galletas u otros aperitivos salados.

 

  • Evita las sopas enlatadas y comidas congeladas que son altas en sodio.

 

  • Evita los alimentos en escabeche, como aceitunas y pepinillos.

 

  • Limita condimentos altos en sodio como la salsa soya, de barbacoa o salsa de tomate

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El Potasio

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Es uno de los componentes alimentarios responsable del buen funcionamiento de los músculos y el sistema nervioso.

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Para las personas que no están en diálisis, las que están en la llamada etapa prediálisis o para las trasplantadas de riñón, la cantidad de potasio que se puede tomar va a depender de la función de sus riñones exclusivamente.

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Cuando la función renal está por debajo del 30%, suele ser necesario comenzar a controlar el potasio que se toma, y conforme esta función renal es más baja, es aún más importante tener en cuenta las recomendaciones para disminuir el potasio de los alimentos.

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La forma más importante de controlar el potasio en sangre es tomando poca cantidad del mismo. Puede ser muy útil el conocer qué alimentos tienen mucho y poco potasio.

 

Algunos medicamentos pueden aumentar los niveles de potasio en sangre, suelen ser medicamentos que se usan con la finalidad de disminuir la tensión arterial a la vez que “protegen” a los riñones. Consulta a tu sanitario si estás tomando estos medicamentos, y si es así, controla tus niveles de potasio.

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Todos los alimentos excepto el azúcar puro y el aceite tienen potasio en su composición, unos en mayor y otros en menor cantidad.

 

 

El Calcio

 

El calcio es un elemento necesario para la correcta formación del hueso y de los dientes.

 

La leche y sus derivados (quesos, yogurt, …) son algunos de los alimentos ricos en calcio.

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Cuando una persona tiene una enfermedad renal crónica, el calcio está alterado, y nos encontramos situaciones en las que está bajo o alto en la sangre. Cuando esto ocurre pueden aparecer complicaciones serias, al igual que ocurría con el fósforo, como la obstrucción de los vasos sanguíneos (calcificaciones vasculares), la afectación del corazón…y la muerte.

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No se suele hablar de controlar el calcio con la alimentación, a no ser que sea una situación muy extrema, ya que, en general, los niveles de calcio se van a controlar con la medicación y si la persona ya está en diálisis, también con ésta.

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Algunos de los medicamentos que sirven para disminuir el fósforo (quelantes del fósforo) aportan calcio al cuerpo, por eso no debes preocuparte de que tengas el calcio bajo en sangre. 

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Los alimentos ricos en calcio suelen ser también ricos en fósforo. Si tienes una enfermedad renal crónica evita los alimentos llamados enriquecidos en calcio.

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El Fósforo

 

El fósforo es un mineral que trabaja junto a otras sustancias, como el calcio y la vitamina D, en la formación de los huesos.

 

El fósforo está en casi todos los alimentos que tomamos a diario. Los riñones son los encargados de eliminar el fósforo que sobra. Las personas que tienen una enfermedad renal crónica suelen tener los niveles de fósforo elevados en sangre (hiperfosforemia).

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Al igual que el calcio, estos niveles elevados de fósforo en sangre se relacionan con enfermedades serias.

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Una dieta normal suele aportar unos 1500 mg de fósforo al día. Esta cantidad es mucho mayor de la indicada como aconsejada en la enfermedad renal. Controlar la cantidad de fósforo que se toma con las comidas puede ser de gran ayuda para llegar a tener unos niveles normales, pero se necesita medicación para conseguirlo. Solamente con la dieta o con la medicación no se puede controlar.

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Las fuentes de fósforo son todos los alimentos ricos en proteínas: carne, pescado, huevos, leche, cereales y legumbres. Debemos tener mucho cuidado con las comidas precocinadas, las vísceras, los derivados lácteos y los alimentos integrales, ya que tienen un alto contenido en fósforo. En caso de tomar pescado, evita comerte la espina (ej: boquerones fritos).

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El quelante de fósforo es una medicación llamada captor de fósforo, porque funciona uniéndose al fósforo que tiene la comida, formando un compuesto que no es absorbible por el intestino, evitando así la absorción del fósforo. De esta forma pasa menos fósforo a la sangre.

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Es muy importante tomar estos medicamentos durante las comidas o inmediatamente al final de las mismas, algunos hay que masticarlos muy bien, si los tomamos un rato antes o después de haber comido, no serán tan efectivos. Pregunta a tu profesional sanitario qué medicación tomar.

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Trucos útiles

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Cómo dar sabor a las comidas sin añadir sal

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Aconsejamos que la reducción del consumo de sal se haga gradualmente y, sobre todo, te pedimos un poco de paciencia. Al principio es cuando más vamos a notar este cambio en el sabor, aunque poco a poco nos iremos acostumbrando a estos sabores.

 

Para hacer este proceso más agradable te aconsejamos que utilices al cocinar:

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  • Uso de aliños: aceite + ajo + perejil

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  • Hortalizas de condimentación: apio, ajo, puerro, cebolla, tomate, zanahoria.

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  • Hierbas aromáticas y especias: se pueden utilizar solas o como combinación de varias de ellas. Algunas de las más comunes son, perejil, laurel, romero, orégano, albahaca, nuez moscada, cominos, pimienta, pimentón, tomillo, menta…. todas combinan con los alimentos. Si la hierva aromática que vamos a utilizar es seca, aconsejamos que la añadas en los últimos minutos del guiso, de esta forma estaremos sacando más provecho a su sabor.

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  • Aromatizar los aceites: puede sernos útiles en aceites que vamos a utilizar para aliñar ensalada, carne o pescado, para cocinar con ese aceite o bien para acompañar sobre un poco de pan en un aperitivo.

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  • Macerar o infusionar los componentes aromáticos (hierbas aromáticas o especias) en el aceite durante 3 ó 4 semanas al menos. Ejemplo: poner en aceite un pimiento seco, unos dientes de ajo y una ramas de tomillo y dejarlos macerar durante aproximadamente un mes.

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  • Calentar al baño maría el aceite junto con las especias o hierbas aromáticas a unos 60 grados durante 30 minutos. Ejemplo: 5 dientes de ajo y 1 ó 2 guindillas.

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Cómo quitar potasio a los alimentos

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Podemos quitar parte del potasio de los alimentos con:

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Remojo y cambio del agua de remojo: una vez pelados y puestos en remojo en abundante agua empiezan a perder parte del potasio. Cuanto más horas estén en remojo y más pequeños sean los trozos de alimento, mayor superficie estará en contacto y, por tanto, mayor será la cantidad de potasio que eliminaremos. Si cambiamos el agua de remojo quitaremos más potasio. Debemos tener en cuenta que esta técnica permite eliminar algo de potasio, pero dependiendo del alimento se perderá más o menos potasio.

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Hervido: uno de los trucos más efectivos para quitar potasio. Cuando hervimos un alimento debemos saber que el potasio que quitamos se pasa al agua del hervido. Ten cuidado y evita tomar esa agua o caldo.

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Recomendamos que a los 10-15 minutos de estar hirviendo el alimento cambiemos el agua hirviendo por otra nueva, limpia.

Para evitar que el alimento que estamos cocinando se nos quede con una textura poco agradable (algo endurecido), recomendamos que cuando le cambiemos el agua del hervido no le añadamos agua fría. Para esto aconsejamos tener preparada una segunda olla con agua hirviendo y cuando saquemos el alimento del primer agua lo introduzcamos rápidamente en la segunda olla, que ya estará hirviendo, dónde acabará de cocinarse con todo el aliño necesario.

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La eliminación de potasio será aún mayor si partimos desde agua fría en el primer hervor.

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Alimentos congelados: los alimentos congelados (ej: verduras y hortalizas) tienen menos potasio que los productos frescos, además de conservar muchas de las propiedades beneficiosas del producto fresco.

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Alimentos en conserva: están mucho tiempo en contacto con un líquido, por lo que tienen menos potasio. Siempre debemos desechar el líquido de la conserva, ahí hay mucho potasio.

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En algunas ocasiones llegamos a aconsejar el lavar muy bien el alimento, incluso ponerlo en remojo o darle un pequeño hervor.

Cuantos más trucos utilicemos, mayor cantidad de potasio quitaremos.

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Cómo disminuir la sensación de sed

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Debido a la perdida de la función de los riñones para eliminar el exceso de líquido a través de la orina, en la fase de diálisis uno de los puntos más importantes de la dieta es la restricción en la ingesta de líquidos.

 

Para ello:

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  • Beber sólo cuando se tiene sed y hacerlo en vaso pequeño.

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  • No beber como hábito.

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  • Tomar todas las medicinas con los líquidos de las comidas y no con más agua.

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  • Usar rodajas de limón para estimular la salivación y humedecer la boca.

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  • Añadir unas gotas de vinagre en el agua.

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  • Masticar chicle sin azúcar.

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  • Preparar hielo añadiendo unas gotas de limón antes de congelarlo.

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  • Congelar pedacitos de fruta.

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  • Reducir los refrescos porque aumentan la sensación de sed. Sustituirlos por té frío o limonada casera, alivian mejor la sed.

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  • Mantenerse ocupado, de esta manera no pensará tanto en la sensación de sed.

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